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MAIER (o cómo reinventarse para volcarse en la sanidad)

En apenas dos semanas la cooperativa ubicada en Gernika pasó de empresa líder en la fabricación y decoración de piezas para automoción a ser un referente en la fabricación altruista de pantallas sanitarias.

14 de marzo de 2020, se declara el estado de alarma para encarar una emergencia sanitaria sin precedentes provocada por el coronavirus COVID-19. Se decreta la paralización total de la industria y el comercio, excepto aquellos servicios o sectores considerados esenciales. De la noche a la mañana cientos de miles de empresas se detuvieron en seco para tratar de frenar la pandemia mundial. Pero, ¿por qué esperar de brazos cruzados cuando puedes poner tu conocimiento y experiencia al servicio de la sanidad?

Con esta idea en la cabeza, un grupo de voluntarios de MAIER, en colaboración con empresas e instituciones como TKNIKACentro de Investigación en FP Euskadi, WalterPack, BioCruces o la comunidad ‘maker’ de Euskadi, entre otros, se lanzaron a acometer un reto especial: reorientar su producción hacia la fabricación de viseras de protección sanitaria. Así, en apenas dos semanas -el primer envío fue el 28 de marzo-, comenzaron a fabricar entre 2.500 y 4.000 pantallas al día, logrando repartir de manera altruista más de 90.000 pantallas hasta mediados de abril.

 

 

Habilidad para reinventarse

Según explican en su web, en euskera antiguo MAIER significa “hábil”, una destreza que sin duda han demostrado, no sólo para ser líderes en su sector –con centros tecnológicos y sedes repartidos por Europa, India, China o EE.UU-, sino también a la hora de reinventarse para colaborar desinteresadamente un bien común, gracias a su extensa experiencia en matricería e industrialización de proyectos complejos.

La sensación de poder aportar nuestro granito de arena en esta crisis sin precedentes es lo mejor que nos ha pasado a todo el colectivo de personas que conformamos Maier”, explica Ana García (Responsable de Fabricación Interna de Moldes de Inyección) a TUlankide.

El diseño de esta pantalla de protección es un ejemplo de innovación aplicada a la seguridad que la colaboración entre diferentes departamentos, instituciones y sectores puede generar para la sociedad. Partiendo del prototipo desarrollado en TKNIKA, los técnicos de MAIER adaptaron su diseño al proceso de inyección, logrando así una producción de 350 unidades a la hora (una impresora 3D estándar necesita alrededor de 1 hora por pantalla).

Hacer un molde completo llevaría varias semanas y el tiempo corría en contra, cada día contaba y por ello la idea era reutilizar un molde fabricando solo los insertos intercambiables de cavidad y núcleo con la nueva geometría de la visera”, relata Garikoitz Azkuna (Ingeniero de Maier y project leader de este proyecto, en esta entrevista para Colegio Oficial de Ingenieros de Bizkaia (COIIB).

La sensación de trabajar en equipo con el objetivo común de contribuir a mejorar la seguridad de los que nos cuidan, ha sido muy emocionante y gratificante Nos hemos involucrado prácticamente todos los departamentos de MAIER: compras; producción de piezas; coordinación del proyectos, I+D, diseño, embalajes, matricería…”, recuerda Ana García. Y el resultado salta a la vista.

Compromiso con la seguridad

MAIER trabaja principalmente con material de PVC (policluro de vinilo) y PC (policarbonato). La fabricación y manufacturación de sus productos también requiere la manipulación y almacenaje de sustancias químicas catalogadas como peligrosas, como el ácido crómico (categoría 1), el ácido clorhídrico (categoría 2) o el ácido nítrico (categoría 2).

Por eso, MAIER está sujeta a las exigencias del RD 840/2015 (transposición a España de la Normativa SEVESO), máximo nivel de seguridad en la UE. Las medidas de prevención, así como los equipos para hacer frente a una emergencia derivada del uso de estas sustancias, puede consultarse en el plan de emergencia de MAIER, disponible en la web de la Dirección de Atención de Emergencias.