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¿Cómo se fabrica un aerosol?

El aerosol es un sistema de envasado que puede contener y dispensar una gran variedad de productos, desde cosméticos y ambientadores para el hogar hasta espráis de pintura o lubricantes para la industria.

 

Segunda Guerra Mundial, un grupo de soldados estadounidenses avanza por una espesa jungla del Pacífico bajo un sol abrasador y una sofocante humedad; los mosquitos se ceban con ellos, así que uno saca un pequeño cilindro con el que pulveriza un insecticida y consigue acabar con el molesto enemigo. Las “bombas insectos” -como las conocían coloquialmente- fueron el primer uso del aerosol, un ingenioso sistema de envasado que permite contener y dispensar una gran diversidad de productos.

En la actualidad está presente en prácticamente todos los hogares de una forma u otra: insecticidas, ambientadores, lacas para el cabello, desodorantes, limpiadores, etc. Su facilidad de uso y precisión –evitando el derroche de producto- lo han consolidado como uno de los principales envases en el mundo.

Asimismo, la industria lo ha adoptado por su gran eficacia, así como por las garantías de estanqueidad, higiene y seguridad que ofrece. Los espráis de pintura o los lubricantes para mantenimiento son algunos de sus aplicaciones en este sector.

Precisamente la seguridad es una de las bazas de los aerosoles. Aunque su funcionamiento se basa en el uso de gases a presión, los fabricantes de estos envases (como Igepak) disponen de estrictas normas y estándares de seguridad. De hecho, la Asociación Española de Aerosoles (AEDA) asegura que es uno de los utensilios cotidianos del hogar con menos accidentes, incluso por detrás de otros como peines, tenedores o -curiosamente- la ropa interior.

Además, algunos expertos en comunicación han incluido los aerosoles en la lista de los grandes inventos del siglo XX. ¿Quieres saber cómo se fabrican? No te pierdas esta infografía: