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Volando alto: la química en la industria aeronáutica y aeroespacial

El sector aeronáutico y aeroespacial le debe mucho a la industria química. Buena parte de los materiales y la tecnología de las aeronaves, desde los circuitos digitales al material del fuselaje, se han fabricado gracias a los descubrimientos químicos.

La industria química es una parte esencial de la cadena de suministro de la industria aeronáutica y aeroespacial, ya que proporciona materiales esenciales para la fabricación de aviones y cohetes más resistentes, seguros y eficientes.

Estos materiales abarcan aleaciones ligeras de aluminio y titanio; composites y polímeros, como poliéster reforzado con fibra de vidrio (FRP) o polietileno de alta densidad (HDPE); todo tipo de resinas y selladores químicos; lubricantes y fluidos hidráulicos de alta resistencia; elementos de seguridad, como el oxígeno para el sistema de emergencia o materiales ignífugos; y muchas otras partes esenciales para el fuselaje o los motores.

La industria química también es fundamental en el desarrollo de energías verdes y combustibles más eficientes. Se busca generar un menor impacto ambiental y mejorar la sostenibilidad del sector aeronáutico y aeroespacial. En este sentido, algunos informes señalan que el hidrógeno podría ser una realidad en la propulsión de aeronaves en 2035.

Volando alto: la química en la industria aeronáutica y aeroespacial

Del mismo modo, el uso de materiales cada vez más avanzados, ligeros y resistentes ha logrado reducir en un 50% el peso de las aeronaves. Esto se ha traducido en un menor consumo de combustible, de hasta un 25%, según datos de uno de los grandes fabricantes del sector.

Agua de altos vuelos: la importancia de tratar el agua en aeronáutica

Entre todos estos materiales y elementos de alta tecnología se cuela algo tan básico como el agua. Este elemento se utiliza en múltiples aplicaciones en aeronáutica, desde la limpieza de equipos hasta el tratamiento de superficies metálicas, lo que exige que sea un agua tratada.

De este modo, el agua que se usa en la producción aeronáutica debe ser de alta calidad, estar filtrada y tener baja salinidad, entre otros parámetros, para evitar la corrosión o el deterioro de los componentes. Para ello, se recurren a técnicas en las que interviene la química, como la ósmosis inversa con membrana o la cloración, entre otras.

Volando alto: la química en la industria aeronáutica y aeroespacial

Además, los procesos de producción en el sector aeronáutico y aeroespacial generan agua residual que también se debe tratar. Aquí se aplica una filtración físico-química, que consiste en modificar las propiedades de las partículas a través de químicos (coagulantes y floculantes), para realizar después la separación física (decantación, flotación o filtración).

Por otro lado, la química también es fundamental en el tratamiento del agua y la conservación de los alimentos para consumo en vuelos comerciales, y también en misiones espaciales. De hecho, la industria química ha contribuido a la alimentación espacial con el desarrollo de técnicas de envasado en atmósfera protectora. Ahora el reto pasa por lograr envases más reducidos y desarrollar sistemas de bio-regeneración de alimentos.

En conclusión, sin la contribución de la química, difícilmente habríamos alcanzado el nivel de seguridad y eficiencia que disfrutamos hoy en el transporte aéreo. Del mismo modo, la conquista del espacio le debe mucho a este sector que, con respeto, seguridad y sostenibilidad, aprovecha uno de los recursos más preciados de nuestro planeta, el agua, para llegar más alto.

Volando alto: la química en la industria aeronáutica y aeroespacial

Foto: © ESA-CNES-Ariane Space