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Cloro, una eficaz herramienta de desinfección

Han pasado casi dos siglos desde que se descubrieran las propiedades antisépticas del cloro y hoy en día es un elemento ampliamente utilizado en la depuración del agua o la desinfección de instrumental, mobiliario o estancias, entre otros usos.

La aplicación del cloro como desinfectante a mediados del s. XIX, y sobre todo a comienzos del s. XX, supuso un enorme avance contra la propagación de enfermedades. Desde entonces, la industria química ha perfeccionado el uso de este elemento hasta convertirlo en una de las herramientas más comunes y eficaces para luchar contra virus, bacterias y otros microorganismos presentes en el agua o las superficies.

El cloro es un elemento químico cuyo estado puro es gaseoso (dicloro), de color verde pálido o amarillento (de ahí su nombre procedente del griego) y tóxico (provoca asfixia). No obstante, al ser un elemento muy reactivo, en la naturaleza se encuentra combinado con otros, formando principalmente sales como el cloruro sódico (sal común), o disuelto en el agua de mar. Es más, los océanos liberan unas tres millones de toneladas de organoclorados (cloruro de metilo) a la atmósfera cada año.

El cloro se utiliza en la elaboración de muchos productos industriales y de consumo doméstico; desde desinfectantes alimenticios o para el hogar, como la lejía (hipoclorito sódico), hasta multitud de fármacos, pasando por colorantes, tintes, plásticos, etc. Incluso está presente en la fabricación de tecnologías de energía renovable: se usa en la purificación del silicio de los paneles solares, o en la producción de las resinas epoxi de las palas de los aerogeneradores.

Cloración del agua: uno de los avances químicos del siglo

Pero si por algo se conoce al cloro es por su eficacia en la desinfección del agua para consumo y de piscinas. La introducción de la cloración a principios del s. XX redujo notablemente las enfermedades transmitidas por este medio (cólera, fiebre tifoidea, disentería, etc.), siendo uno de los avances más importantes de la química aplicada a la salud pública.

De hecho, algunos cálculos apuntan a que la cloración del agua ha salvado unas 177 millones de vidas desde 1919, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) sigue recomendando la desinfección con cloro como garantía de un agua microbiológicamente segura. Además, organismos como el CDC recomiendan la limpieza con cloro después de una emergencia o desastre natural.

La desinfección de aguas mediante el procedimiento de cloración se realiza habitualmente mediante compuestos clorados, como hipoclorito de sodio (NaClO) o dióxido de cloro (ClO2), por su mayor seguridad y facilidad de almacenamiento y dosificación.

 

 

Comprometidos con la seguridad y la investigación

ELECTROQUÍMICA DE HERNANI, DEKITRA y ACIDEKA son las empresas asociadas a AVEQ-KIMIKA que producen cloro y otros compuestos derivados. Están en primera línea en la fabricación de productos y tecnologías principalmente para las plantas del tratamiento de aguas potables y residuales, aunque también suministran para sectores como el siderúrgico, aeroespacial, farmacéutico o textil, entre otros.

También son empresas a la vanguardia de las tecnologías y comprometidas con el medio ambiente. ELECTROQUÍMICA DE HERNANI, por ejemplo, lleva desde 2002 utilizando la tecnología de membrana (obligatoria para el sector desde 2017, por la Directiva 2010/75/UE de emisiones industriales). A partir de sal y agua, la factoría afincada en Hernani (Gipuzkoa), fabrica sosa, base esencial para los productos de limpieza, o hipoclorito sódico con el que se desinfecta multitud de espacios que utilizamos cada día a día.

Por su parte, DEKITRA ubicada en Lantarón (Álava)- y ACIDEKA –en Zierbana (Bizkaia)- también fabrican productos para tratamiento de aguas: sulfato de aluminio, policloruro de aluminio o cloruro férrico. Estos compuestos favorecen la precipitación de las partículas en suspensión del agua, de forma que tras aplicar procesos de decantación o filtración se obtiene agua limpia, que a su vez se trata con cloro para desinfectarla. Una cadena que salva vidas.

Cloro y seguridad

Las empresas que fabrican o manipulan cloro o sus mezclas están sujetas a las exigencias del RD 840/2015 (transposición a España de la Normativa SEVESO), máximo nivel de seguridad en la UE. Las medidas de prevención, así como los equipos para hacer frente a una emergencia, se pueden consultar en los planes de emergencia disponibles en la web de la Dirección de Atención de Emergencias.

El cloro es un irritante que puede provocar daños por inhalación o por contacto con la piel o los ojos. A nivel general, el personal que trabaje en zonas en las que se produzca o manipule cloro debe seguir las mayores medidas de seguridad, tanto colectivas como individuales.