Seveso III, o cómo la UE hace bien los deberes para reducir los accidentes industriales
Entre 2005 y 2018 el número de accidentes industriales graves con sustancias peligrosas en el marco de la Unión Europea descendió hasta una media inferior a los 25 accidentes por año. Este es un indicador clave para medir la eficacia de la Directiva y evaluar su ejecución por parte de los Estados miembros de la UE, algo que se está haciendo bien.
Los datos que arroja el último informe que evalúa la implementación de la Directiva SEVESO III (en vigor desde 2012) así lo confirman. El número total de accidentes graves presenta una tendencia estable, a pesar del crecimiento del número de establecimientos cubiertos por la Directiva -casi 12.000 instalaciones en toda Europa-, y su impacto es cada vez menor.
Según este estudio, los Estados miembros de la UE están implementando mejor las disposiciones de la Directiva, en comparación con los datos notificados en años anteriores. De este modo, entre 2000-2018 se han producido 518 accidentes, de ellos el 85% (442) considerados graves. Durante el período 2005-2018, se ha registrado una media de 22,7 accidentes al año, y su impacto es cada vez menor, como confirman los tres últimos años registrados.
Estos datos demuestran que la Directiva Seveso III contribuye considerablemente a reducir la frecuencia de accidentes graves. De hecho, esta normativa se considera un referente en la política de accidentes industriales y ha sido un modelo para la legislación industrial de muchos países.
Planes de emergencia
El análisis muestra que en casi todos los ámbitos se ha producido una mejora en la aplicación de las disposiciones de la Directiva Seveso III. En el caso de los Planes de emergencia externos también ha sido así: el 91 % de los establecimientos de nivel superior tenían un PEE al finalizar el período analizado. Un 4 % no disponía de PEE ya que no se aplicaba el requisito de elaborar uno, mientras que el 5% no cumplía la norma. Sin embargo, esto supone una mejora con respecto al período, en el que el 12 % de los establecimientos de nivel superior carecían de PEE.
Sin embargo, un solo accidente es demasiado. Por eso se deben redoblar los esfuerzos para mejorar su prevención. De este modo, la UE reforzará su cooperación con los Estados para mejorar la prevención de los accidentes industriales. Por ejemplo, desarrollará sinergias entre la Directiva Seveso III y el Mecanismo de Protección Civil de la Unión, con el fin de mejorar la prevención, preparación y respuesta a los accidentes.
Protección en el trabajo
Estas acciones se enmarcan, además, en el compromiso europeo por reforzar la salud y la seguridad en el trabajo. Un voluntad materializada a mediados de 2021 con la adopción del marco estratégico de la UE en materia de salud y seguridad en el trabajo 2021-2027, que actualizará las principales líneas de actuación para proteger a cerca de 170 millones de personas trabajadoras europeas.
El marco estratégico de la UE se enfoca en tres objetivos:
- Abordar los cambios en el nuevo mundo laboral: desafíos generados por la transición digital y ecológica, el teletrabajo o el derecho a la desconexión.
- Mejorar la prevención de accidentes y enfermedades laborales: un enfoque de “visión cero” para eliminar las muertes relacionadas con el trabajo en la UE.
- Reforzar la preparación ante posibles crisis sanitarias: la Covid-19 ha puesto en evidencia la necesidad de contar con planes de emergencia y mecanismos de coordinación entre las autoridades de salud pública y las de seguridad en el trabajo.
En este sentido, la Comisión Europea también actualizará las normas de la UE sobre productos químicos peligrosos para combatir las enfermedades derivadas de la exposición a estas sustancias. Revisará y simplificará el Reglamento REACH con el enfoque «una sustancia, una evaluación» para garantizar la protección del personal.
A pesar de los avances de las últimas décadas -los accidentes laborales mortales en la UE se redujeron alrededor del 70 % entre 1994 y 2018-, cerca de 200 000 personas trabajadoras fallecen al año por enfermedades relacionadas con el trabajo.
La actualización del marco en materia de salud y seguridad en el trabajo no solo ayudará a concienciar y movilizar a las instituciones en torno a la protección de las personas trabajadoras, sino que contribuirá a reducir los costes sanitarios derivados de una mala prevención.