Blog

Información para

tu autoprotección

Soluciones de acero: pilares que mejoran nuestras vidas

El ser humano ha atravesado diferentes edades metalúrgicas en los últimos 8.000 años: la Edad de cobre, la Edad de bronce y la Edad de hierro. Estas etapas revolucionaron la elaboración de herramientas y utensilios con sucesivos saltos evolutivos en la producción industrial.

Hoy en día vivimos inmersos en una era relativamente joven: la edad de acero, aunque con la vista -y también medio pie- ya puesta en el prometedor horizonte que la investigación con nuevos materiales o tecnologías trae para la industria en general.

Euskadi ha sido históricamente una gran abanderada de la industria siderúrgica. Solo hay que echar un vistazo a paisajes como los de Gallarta o Zerain, o visitar antiguas ferrerías como El Pobal (Muskiz) o Mirandaola (Legazpi) -vestigios vivos de las más de 300 ferrerías de agua o hidráulicas que salpicaron nuestra geografía hasta el siglo XVI-, para darse cuenta de la importancia historia que esta actividad ha tenido en el territorio.

El hierro forjado puso las bases para la experimentación con las primeras aleaciones de acero hacia el siglo XIV. Este se obtenía calentando hierro y carbón vegetal en hornos de tiro forzado, aunque el auténtico gran salto en la industria siderúrgica no se logró hasta mediados del siglo XIX con dos hitos clave: el aumento del tamaño de los hornos para la fundición y el desarrollo del convertidor Bessemer (ideado por el ingeniero inglés Henry Bessemer en 1855) que trasformaba más fácilmente el arrabio -producto de la fundición del hierro- en acero.

Esta técnica facilitó la obtención de acero y mejoró la calidad del producto (eliminando altos contenidos de carbono, manganeso y silicio), lo que multiplicó su producción y su uso, en especial en la construcción. Este avance impulsó una segunda revolución industrial, con la industria metalúrgica y el acero como principales músculos de esa transformación.

El primer alto horno de coque en Euskadi se puso en marcha en 1865 y nacieron multitud de nuevas empresas y sociedades en torno a la siderurgia, algunas impulsadas con capital extranjero. También se estimuló la especialización, con muchas empresas de metalurgia ligera dedicadas a la fabricación de herramientas, motores o ferrocarriles.

El acero hoy

En la actualidad el acero es un material imprescindible en nuestras vidas y está presente en muchas herramientas o utensilios de uso cotidiano, además de grandes infraestructuras y edificios.

Detrás del acero hay un mercado enorme. Solo en la UE se producen 160 millones de toneladas de acero al año, con un impacto de más de 170.000 millones de euros, según la Asociación Europea del Acero (EUROFER). En España, la producción de acero alcanzó en 2021 los 14,2 millones de toneladas, mientras que a nivel mundial mueve más de 1.800 millones de toneladas, según datos de la Asociación Mundial del Acero.

Sigue fabricándose en hornos muy parecidos a los hace más de un siglo, aunque perfeccionados y mejorados con nuevas tecnologías de control o de alimentación de los mismos (hornos eléctricos). También se han perfeccionado las aleaciones y se ha aprovechado muchísimo este material.

En Euskadi tenemos muchas empresas de la cadena de valor del sector siderúrgico. Entre ellas destacan TUBACEX, que elabora principalmente tubos sin soldadura en acero inoxidable y altas aleaciones de níquel, y ACEROS INOXIDABLES OLARRA, que se dedica a la producción acero inoxidable y mecanizado industrial.

Las soluciones de acero que estas empresas aportan a todo el mundo permiten el crecimiento de muchísimas otras industrias. Pero, ¿conoces el proceso de fabricación?

El acero es una aleación de hierro y carbono (con un porcentaje de este último de entre el 0,03% y 1,075%). Las materias primas para fabricar acero son dos: arrabio (hierro, caliza y carbón de coque) que sale de un alto horno; y chatarra (tanto férrica como inoxidable), que puede fundirse directamente en un horno de arco eléctrico.

Hoy en día, desde el cierre de la histórica Altos Hornos de Vizcaya (AHV), las acerías de Euskadi parten de la chatarra para fabricar el acero. Así que, en realidad, realizan una labor de reciclaje. Un claro ejemplo de la apuesta de nuestra industria por la economía circular:

¿Cómo se fabrica el acero?

 

La propia fabricación de tubos de acero sin soldadura constituye un sector intermedio entre la fabricación de acero básico y el transformado en el que, partiendo de las barras o los tochos de acero incandescente, mediante procesos de mecanizado, los tubos se punzonan para dejar el hueco interior y se alargan hasta ajustar el calibre y la longitud requeridos por los clientes.

La sostenibilidad es una de las prioridades de la industria siderúrgica. Aunque el acero es 100% reciclable, los procesos de producción generan emisiones que se están contrarrestando con diferentes medidas. Desde 1970, el sector siderúrgico español ha reducido las emisiones de CO2 por tonelada de acero producida en más del 75%, según la Unión de Empresas Siderúrgicas (UNESID). La meta: producir acero con cero emisiones de CO2 en 2050, como se explica en la iniciativa AECN 2050.

TUBACEX ha orientado su estrategia de transición energética para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en un 60% para 2030 y alcanzar la neutralidad en 2050. El impulso de tecnologías y materiales más eficientes y limpios, como el gas o el hidrógeno, es una de las bases de su estrategia medioambiental.

El compromiso de ACEROS INOXIDABLES OLARRA con el medio ambiente también es firme. Sus objetivos se centran en la disminución de consumo de gas y electricidad, la economía circular del ciclo del acero y la reducción de su huella de carbono. Para esto último han desarrollado una herramienta de cálculo de emisiones, en base a la Norma PAS 2050:2011 de la British Standards Institution (BSI).