La química, aliada indispensable en la Estrategia de Economía Circular de Euskadi 2030
Reducir la generación de residuos y fomentar la reutilización y el reciclaje de los materiales es la base sobre la que asentar la transformación del modelo económico actual hacia uno más sostenible. En este objetivo la química ya juega un papel protagonista por su gran experiencia en la gestión de materiales y su alta capacidad de innovación.
La economía circular se basa en la reducción, reutilización y reciclaje. Es un concepto totalmente opuesto al que plantea la economía lineal tradicional, asentada en la práctica de ‘usar y tirar’. Además, teniendo en cuenta que los recursos naturales son limitados, supone la evolución racional de nuestro modelo económico hacia uno sostenible y perdurable.
La Estrategia de Economía Circular de Euskadi 2030 es la guía para implantar esta nueva realidad. Su enfoque se alinea con las acciones que la Unión Europea está implementando a través del Pacto Verde Europeo, y se apoya en tres grandes objetivos:
- Aumentar la productividad material: La industria vasca consume unos 21 millones de toneladas de materias primas al año, de las que un 77% son importadas (sobre todo combustibles fósiles, minerales y biomasa).
- Incrementar la tasa de uso de material circular. En la actualidad, la industria de Euskadi genera el 72% del total de los residuos, de los cuales el 42% acaban en vertederos.
- Reducir la tasa de generación de residuos por unidad de PIB. Según los datos más recientes, en 2018 esta tasa fue de 59 kg. por cada mil euros de PIB. Esta cifra supone una reducción del 15,7% respecto a 2006 (primer año que se midió, que eran 70).
El porcentaje clave para los tres objetivos es el 30%. Es decir, el objetivo para 2030 es alcanzar ese porcentaje en la reducción de la generación de residuos y el consumo de recursos, así como en la maximización de la eficiencia en el uso de materias primas.
Para lograr estas metas, y reducir el impacto ambiental de la industria y la actividad económica, se establecen diversas medidas. Entre ellas, la implementación de incentivos económicos, el fomento de la sensibilización en materia de reciclaje y reutilización, y la creación de alianzas sectoriales para innovar en modelos de negocio circulares.
Proyecto Landfill Zero Pyme: ‘residuo cero’ en las empresas químicas
En este contexto, la industria química juega un papel clave en el éxito de la Estrategia de Economía Circular de Euskadi 2030. Es un sector que ya se ha posicionado a la vanguardia en la transición verde y produce multitud de químicos y materiales reciclables o reutilizables.
Desde AVEQ-KIMIKA se han liderado iniciativas para reforzar la economía circular en el tejido empresarial del sector. Entre ellos, el proyecto ‘Landfill Zero Pyme’ para reducir la cantidad de residuos enviados a vertederos en las PYMES del sector químico de Euskadi, fomentando la reutilización y el reciclaje de los mismos.
A través de esta iniciativa, enmarcada en el programa ‘PYME Circular Euskadi’ del Gobierno Vasco, se han constatado una disminución del 30% de los residuos generados en las empresas participantes, así como un aumento en la tasa de reciclaje del 45%. Además, se ha observado un notable ahorro económico en el coste de la gestión de residuos.
Para ello, se acompañó a un grupo de pymes de los sectores químico, plástico y caucho en la implementación de una herramienta de referencia mundial en la evaluación de la circularidad: Chemists Circular Economy Tool (CCET). A través de este sistema, se logró una eficaz identificación los residuos generados y análisis de las opciones de reutilización.
‘Landfill Zero Pyme’ ha demostrado que es posible fomentar la economía circular en las empresas, incluso en aquellas que no cuentan con grandes recursos, promoviendo la sostenibilidad y la protección del medio ambiente.
Ecoinnovación Circular
Otra de las claves para crear una economía circular efectiva es la innovación. Es importante destacar que la industria química de Euskadi, en colaboración con otros sectores, está liderando la transición hacia la producción de materiales más avanzados, productivos y sostenibles en sectores clave como la automoción, la aeronáutica o la energía renovable.
Una mayor productividad del material significa una menor dependencia de la extracción de materiales. A su vez, la recuperación de materiales a través de procesos de valorización, como la conversión de residuos en energía, se traduce en una menor generación de desechos y el impulso del tejido industrial ligado a la transformación y aprovechamiento de residuos.
En este sentido, el informe ‘Ecoinnovación en Euskadi’ recoge algunos interesantes proyectos del sector químico para la recuperación de residuos. Por ejemplo, PETRONOR lidera junto a REQUIPLAST, un programa para la inclusión de residuos plásticos como materia prima en instalaciones de pirolisis.
Se estima que unas 520.000 toneladas de residuos con un alto contenido en plásticos –con un valor aproximado de 12,4 Mill.€- acaban cada año en los vertederos de la CAPV. Solo con el tratamiento de 75 toneladas diarias de estos residuos supone un ahorro potencial en emisiones de CO2 equivalente a 15.000 toneladas anuales.
En definitiva, gracias a su capacidad de innovación y su experiencia en la gestión de residuos y la transformación de materiales, la industria química de Euskadi es un actor fundamental en la Estrategia de Economía Circular de Euskadi 2030 y trabaja activamente para contribuir a una economía más sostenible y circular.