Carreteras y túneles que unen: la inestimable ayuda de las voladuras controladas para su construcción
No es difícil imaginar una carretera serpenteando a través de colinas, montes y otros obstáculos naturales. De hecho, es probable que circules a diario por una de esas rutas que se adentran en las entrañas de la tierra a través de túneles, o que recortan el perfil de las laderas que se encuentran en su camino. Excavar esa ingente cantidad de rocas y tierra hubiera llevado años antes de la existencia de los explosivos.
Las voladuras controladas en la construcción de carreteras y autopistas son bastante comunes. De hecho, el uso de explosivos es imprescindible para salvar ciertos obstáculos en vías de comunicación vitales para la movilidad de la población y el comercio terrestre.
El uso de explosivos es importante en la perforación de túneles. Si la roca es blanda se realiza con tuneladoras mecánicas, pero si la roca tiene una determinada dureza hay que recurrir al explosivo. Otro ejemplo está en los puentes. En concreto en el material para construirlos: el cemento, que es la base del hormigón reforzado, y requiere áridos, caliza, etc. que se obtienen en canteras, cuya extracción se realizar exclusivamente con explosivos.
En general, esta técnica se utiliza principalmente en grandes obras civiles y en minería. Se aplica cuando las características de la roca y la magnitud o volumen a mover así lo requieren. El objetivo es fragmentar grandes cantidades de material de roca y tierra de forma rápida, precisa y segura.
Este último punto, el de la seguridad, es crucial por dos aspectos. Por un lado, porque implica aplicar rigurosos protocolos de seguridad en la fabricación, transporte y manipulación de explosivos. Y por otro, porque evita exponer a personas trabajadoras a largas tareas de excavación que pueden entrañar más riesgos que una voladura controlada.
Del mismo modo, esta técnica contribuye a la eficiencia en la construcción. Una voladura permite eliminar de manera rápida y controlada el material, evitando el uso de maquinaria extra en tareas de excavación. Esto acelera el proceso de construcción y reduce los costes.
En este sentido, el sector investiga constantemente en nuevos materiales, tecnologías y técnicas para para optimizar el consumo del peso de explosivo a utilizar por cada metro cúbico de roca volada.
Básicamente un explosivo es la mezcla de sustancias (combustibles y oxidantes sólidos, líquidos o gelatinosos) que, a través de un iniciador o detonante, dan lugar a una rápida reacción química exotérmica, lo que genera gases a alta presión y temperatura.
Los materiales y su uso han evolucionado a la par de la industria química: de la pólvora negra, la nitroglicerina o el TNT (trinitrotolueno), hasta los hidrogeles, gomas, ANFO, y otros explosivos químicos. Estos últimos son los que, a día de hoy, se utilizan en la mayor parte de las voladuras controladas.
MAXAM Galdakao
Uno de los grandes representantes en el sector de los explosivos está en Euskadi: MAXAM. Es una empresa global se especializa en el desarrollo de materiales energéticos y soluciones de voladura, esencialmente para los sectores de minería, canteras y obras públicas. También produce materias primas clave en la actividad nitroquímica.
Sus orígenes se remontan a 1872, cuando el químico e ingeniero sueco Alfred Nobel fundó la Sociedad Española de la Dinamita en Galdakao. El auge de este material propició una fusión de los principales productores del país en 1896, dando origen a la Unión Española de Explosivos (UEE). Esta denominación acompañó a la empresa hasta 2006, que pasó a la actual MAXAM.
Esta empresa global ha alcanzado una posición de liderazgo internacional gracias a su compromiso con la innovación. Esta apuesta se traduce en innovaciones como X-DRILL, para mediciones durante la perforación, o en servicios de alto valor, como el modelado de voladuras digitales o la perfilometría 3D.
Sus avances y soluciones le han permitido participar en muchas de las grandes obras civiles que se han acometido, entre ellas la ampliación del Canal de Panamá.
Además, esa orientación hacia la innovación también va dirigida a crear valor en el campo de la seguridad y la sostenibilidad. La compañía tiene un compromiso con el Daño Cero, es firmante de la Declaración Global, Responsble Care, y cumple los más altos estándares globales de seguridad y salud, calidad y medio ambiente (ISO-45001, ISO 9001, PECAL/AQAP 2120, PECAL/AQAP 2120, EN-9100, EN-9110, ISO 14001, ISO 14006, ISO 5001).
A su vez, la búsqueda de la optimización de las operaciones redunda en una mayor sostenibilidad. Por ejemplo, con las voladuras selectivas y explosivos más sofisticados se logra una fragmentación de la roca más efectiva, lo que reduce los ciclos de transporte de roca y el consumo energético en procesos de triturado. De hecho, el uso optimizado de explosivos puede ser hasta 3 veces más rentable que el uso de maquinaria, según un informe de sostenibilidad de MAXAM.
Estos son solo algunos ejemplos de la importancia que las voladuras controladas tienen en la obra civil. Un proceso complejo que requiere una planificación cuidadosa y grandes medidas de seguridad, pero con un papel importante en una tarea que, de otra manera, sería muy difícil o imposible de realizar.