Así funciona un electrolizador: tecnología de hace dos siglos para viajar al futuro más verde
Se trata de un pequeño gran prodigio de la ciencia y la industria química. El electrolizador es como un moderno alquimista, pero que no busca convertir plomo en oro, sino moléculas de agua en energía. Su magia se basa en la simplicidad: electricidad, agua y una tecnología refinada durante dos siglos y que nos lleva hacia un futuro más verde. ¿Quieres saber cómo funciona?
En esencia, un electrolizador es un dispositivo en el que se realiza la electrolisis. Es decir, el proceso químico en el que se usa la electricidad para descomponer una sustancia en sus componentes primarios. En este caso, se usa para separar los componentes del agua (H2O): el hidrógeno (H2) y el oxígeno (O2).
La técnica de electrólisis, aunque puede parecer moderna, posee una historia de 224 años. Su origen se remonta poco después de la invención de la pila eléctrica por Alessandro Volta (1799). Los británicos Anthony Carlisle y William Nicholson, intrigados por el comportamiento del agua al aplicar este nuevo descubrimiento, llevaron a cabo la primera electrolisis del agua el 1 de mayo de 1800. Así descubrieron que, al aplicar una corriente eléctrica, el agua se descomponía en hidrógeno y oxígeno en los electrodos de la pila. . Posteriormente, en 1834, Michael Faraday desarrolló y publicó las leyes de la electrólisis que llevan su nombre y acuñó el término.
Desde entonces, el procedimiento se ha perfeccionado hasta ser en una de las vías que nos está llevando hacia la sostenibilidad energética. Además de tener infinidad de aplicaciones en la industria, como la producción de aluminio o los tratamientos de galvanoplastia, la electrolisis permite extraer gases que pueden ser utilizados como combustible renovable.
Electrolizador de Petronor: así genera hidrógeno renovable
El electrolizador inaugurado recientemente en Petronor, en colaboración con el EVE (Ente Vasco de la Energía) y Repsol, es un hito significativo en la búsqueda de una energía más limpia y respetuosa. Es un proyecto pionero que no solo marca el inicio del Corredor Vasco del Hidrógeno (CVH), sino también la producción de hidrógeno renovable en la región.
Además, nos sirve de ejemplo cercano para ilustrar cómo funciona un electrolizador. Se basa en dos electrodos sumergidos en agua: ánodo y cátodo. Cuando se aplica una corriente eléctrica, ocurren reacciones electroquímicas que liberan hidrógeno y oxígeno. Aquí tienes un resumen:
Físicamente, un electrolizador consta de varias celdas acopladas en serie, junto con bombas, electrónica de potencia, separadores de gases y otros componentes auxiliares, como tanques de almacenamiento, que completan el proceso.
Por otro lado, la cantidad de hidrógeno y oxígeno producidos está directamente relacionada con la potencia eléctrica aplicada y el tiempo de funcionamiento del electrolizador. La capacidad de producción también depende del tamaño, el diseño y la eficiencia del proceso de electrólisis.
De este modo, el reto actual pasa por desarrollar electrolizadores más eficientes para impulsar el uso del hidrógeno en la industria y la adopción de pilas de combustible de hidrógeno. Es importante destacar que la quema de hidrógeno no produce dióxido de carbono (CO2), sino vapor de agua, lo que reduce drásticamente las emisiones.
Sin duda, Euskadi alberga un inmenso potencial para liderar la producción y el uso del hidrógeno verde. Al apostar por la tecnología de los electrolizadores, en esencia, estamos invirtiendo en ese potencial. Una vez más, estamos construyendo un puente entre la ciencia y la sostenibilidad, demostrando que la química puede ser nuestra guía hacia un futuro energético más limpio y sostenible.