E-Fuel: los combustibles sintéticos y su papel en la transición hacia una movilidad sostenible
Los combustibles sintéticos, también conocidos como e-fuel, emergen como una solución prometedora y realista para abordar los desafíos de la movilidad sostenible, ya que su uso en vehículos de combustión interna reducirá las emisiones y mejorará la sostenibilidad energética.
Mientras se desarrollan y se expanden la logística y las infraestructuras necesarias para lograr una movilidad puramente eléctrica, los e-fuel se están postulando, a corto y medio plazo, como una solución real. Esto se debe a que los combustibles sintéticos cuentan con propiedades físico-químicas comparables a los combustibles fósiles convencionales. Además, son producidos de manera sostenible, no aumentan el CO₂ en la atmósfera y aprovechan las infraestructuras de abastecimiento ya creadas, reduciendo aún más la huella total de carbono.
Asimismo, los combustibles sintéticos tienen el potencial de ser utilizados también en combinación con tecnologías de electrificación, como los vehículos híbridos. Una simbiosis que permite lograr una transición progresiva hacia una economía de energía limpia y renovable, a la que la industria química ya está contribuyendo.
Pero lo más importante es que estos ecocombustibles son mucho más limpios que los tradicionales. Utilizan solamente materias primas alternativas y renovables en su fabricación. Su base no es el petróleo, ni ninguno de sus derivados, sino que se producen a partir de fuentes como el hidrógeno (H2) y el dióxido de carbono (CO2).
El CO2 se obtiene de instalaciones industriales que lo generan (como una refinería o una acería), y el hidrógeno verde se obtiene separando los compuestos de agua (H20) a través de un proceso de electrólisis alimentado por energía renovable.
Estos procesos permiten la producción de carburantes sintéticos con emisiones netas cero. Puedes ver resumido todo este proceso aquí:
INFOGRAFÍA: Proceso de fabricación de los combustibles sintéticos neutros.
Euskadi: pioneros en e-fuel
La industria de Euskadi, consciente de la relevancia de los combustibles sintéticos para la movilidad sostenible, ha estado trabajando en su desarrollo y producción. Hoy en día, la producción de estos combustibles está cerca de ser una realidad en Euskadi.
Petronor, empresa vasca de Repsol, está construyendo en el Puerto de Bilbao la primera planta que fabricará combustibles sintéticos en España. Con ello, la industria química de la CAPV va a ser pionera en esta técnica al contar con una de las mayores instalaciones del mundo especializadas en e-fuel. Sin duda, un hito histórico de la industria química.
Para lograrlo, se han invertido unos 200 millones de euros en la construcción de esta planta, que se prevé esté funcionando en 2026. Fabricará unos 8.000 litros de combustible al día, con una capacidad inicial de más de 2.000 toneladas anuales o unos 18.000 barriles.
Una vez que esté plenamente operativa, esta instalación se posicionará como una de las pioneras a nivel mundial en la producción de e-fuel, utilizando exclusivamente hidrógeno verde y CO2 como materias primas. El CO₂ se obtendrá directamente de las emisiones generadas por la refinería de Petronor, ubicada en Muskiz.
De hecho, Petronor ya dispone de su primer electrolizador de 2,5 MW en funcionamiento, que suministra hidrógeno renovable para uso industrial dentro de sus propias instalaciones y para el cercano Parque Tecnológico de Abanto Zierbana. En los próximos años se prevé que vaya a contar con otros dos electrolizadores de 10 MW y 100 MW de capacidad.
La producción de e-fuels no solo es un reto técnico, también es un reto logístico. La CAPV, con su tejido logístico y ubicación estratégica, está preparada para afrontarlo. Empresas líderes, como Exolum, facilitan el camino para afrontar este desafío y la oportunidad estratégica que supone ser uno de los principales productores de combustibles sintéticos.
Los e-fuels son una opción real y cercana para la descarbonización del transporte, situando a Euskadi a la cabeza en la transición hacia una movilidad más sostenible.
